martes, 31 de mayo de 2011

Sé que una tarde de otoño de repente no pensaré más en T I

Cada vez que te nombro
pierdo una batalla contra mí misma.
Cada vez que te nombro,
se deshace un ovillo
se prepara un invierno.
Y me pongo triste,
tan triste que creo que puedo disolverme en mi propia tristeza,
tan triste que pienso que me haré líquida,
y me derramaré sobre algún riachuelo sin orígen.
Los objetos pierden su habitual temperatura.
estiran las formas sus contornos
hasta convertise en un rictus llano y circunspecto,
cofre de todos los destierros
a los que acudo deseosa
para fingir que no existes.
El pasado es elástico.
Un viento huracanado, entonces
arrasa todas esas cosas que ya no tienen réplica
que bailan como cerillas huérfanas
del fuego que un día creyó necesitarlas.
Y los matices, grava del mundo entumecida
que empezaron a vivir porque tu boca les dio
significado,
se sumergen en agua infecciosa,
sin que tus palabras ni las mías
puedan hacer ya a estas alturas
nada para rescatarlas del naufragio.
Como un ejército de bailarinas sin pies
Como una manada de pestañas sin ojos
Abrupta manera, cada vez que te nombro
de saber que no existen ya razones para el reencuentro.
Se desteje el mundo a base insistencia.
Tenía razón quién dijo que en realidad nunca elegimos

Tal vez no nos merecemos elegir.

viernes, 27 de mayo de 2011

Destino cruel para joven primavera

Eran buganvillas
y siempre al mediodía hacía sol.
Tu entrabas, yo salía,
puede que fuera al revés.
Me llamaste tu
con la voz de quién se sabe ojos inmensos
a quien no se le puede negar la oscuridad,
ni siquiera la luz mal digerida.
Aunque quizás te llamé yo,
pronuncié tu nombre con soberanía de eses,
dejando escapar su murmullo de sal.
En medio había una verja poderosa,
dónde se enredaban silenciosas las mentiras que uno sólo dice cuando todavía va al instituto.

Yo sabía que la verja era invencible.
Sólo sentí el temblor del óxido
al acercar mi mejilla contra el hierro,
tus ojos al otro lado cerrados,
como esdújulas mordiendo a las vocales
y el labio insistiendo en el labio
con sonido de madera rota y de agravio húmedo.
No más nubes.
Siempre hacía sol al mediodía.
Tu y yo nos besamos.
Y entonces las ví:
manadas de buganvillas salvajes
a punto de devorar la verja,
a punto de devorarnos con sus raíces de marzo
y su tintineo fucsia acostumbrado al terror.
Tu lo confesaste todo al cabo de los años:
Antes de que pudiéramos mirarnos,
ellas ya nos habían convertido en recuerdo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Poesia ante la incertidumbre

Hace unos días en plena revolución en SOL cayó en mis manos este libro, personalmente en poesia como en arte como en la vida exijo a los autores compromiso, honestidad, el mundo de las ideas debe de estar al servicio de la realidad, hacerse eco de lo que ocurre, reflejar los malestares y las rozaduras del sin vivir cotidiano, del desgaste político. Es un libro de poetas que viven su presente y lo luchan, con metáforas, con versos en carne viva, que hacen frente al abismo del mismo modo que respiran, que miran a un futuro inquietante con la única ayuda de las palabras.







Entre todos los poemas y quizás por los tiempos que corren me quedo con este:



INVOCACIÓN de Raquel Lanseros


Que no crezca jamás en mis entrañas

esa calma aparente llamada escepticismo

Huya yo del resabio, del cinismo

de la imparcialidad de hombros encogidos.


Crea yo siempre en la vida

crea yo siempre

en las mil infinitas posibilidades.

Engáñenme los cantos de sirenas,

tenga mi alma siempre unpellizco de ingenua.

Que nunca se parezca mi epidermis

a la piel de un paquidermo inconmovible, helado.


Llore yo todavía por sueños imposibles,

por amores prohibidos

por fantasías de niña hechas añicos.

Huya yo del realismo encorsetado.

Cónservense en mis labios las canciones

muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.




Por si vinieran tiempos de silencio.

jueves, 12 de mayo de 2011

Pensar en ella era escaparse

Querías inventar historias y luego destruirlas,
ir quemando los cuerpos, las habitaciones desorientadas,
en lentas resacas de domingo,
dónde ya no pasaba ni el tiempo,
sólo pasabas tu, cargada de duda y derrota,
ni el mejor de los gestos esbozaba
la belleza que nunca fué tuya.
Y amaste la noche como amaste las cosas que la noche escondía.
Una ojera pronunciada
la verdad, el vacío, la insistencia.
Ese "aceptar las rebajas", todo lo que ya no será de nosotras,
las palabras que se escurrieron, las promesas calcinadas,
los años que nos abandonaron como abandonan los arrecifes sus frutas venenosas.
Un día lo tuvimos todo y devoramos con mandíbulas salvajes
la suerte y sus hiladuras turgentes,
se nos atragantó,
quizás no fue suficiente.
Un día lo tuvimos todo y se estremecieron las certezas
se removieron las raíces de los árboles voraces,
pasó la lluvía fugaz, el tiempo de éxtasis y miseria,
paso el instante, las llamadas insomnes,
el abismo ahogado de los callejones nocturnos.
Solas de luna, solas desordenando carcajadas,
solas de mancha de rímel y besos neón,
solas de noche entreabierta
solas de espejos que nos invitaban a entrar.
Nos quedamos tan solas
que un día ya ni hubo soledad,
sólo lagartijas estiradas al sol,
sólo la herida incandescente en el reverso del codo,
los lastres de las maletas vencidas,
un tour de force con las sombras que no quisieron quedarse.
El infierno era esto,
tantas formas de ensayar que estamos muertas.

domingo, 8 de mayo de 2011

El prefería el J A Z Z

Si bailáramos
tu dirías que yo he envejecido los discos,
mi forma de reir, rozando las paredes
y tu ritmo tenue sin breve estridencia,
puñado de huesos fracturados,
así, como nosotros mismos
nuestro aliento da terror.
Años transcurridos en el mismo barrio cejijunto
viendo mermar los setos de alrededor,
¿Por qué el otoño nos espía?

Porque no hay mayor tortura que una condena de días iguales.
Yo quería entregarte una verdad perfecta,
pero sólo me salían lágrimas
o palabras que retrocedían en mitad de la saliva
porque no encontraba su entonación.
Se quedaban desiertas
esperando una metáfora volante,
y morían aisladas al final del discurso
como verbos empujados al suicidio.

Tu querías callar para que tu silencio hablara,
intruir dónde se acerca esa franja
en la que borras la frontera con nosotros,
sin que puedas reclamar ni un cuerpo a cuerpo con tus dudas,
ni tu colección de miradas cabizbajas.

Era difícil enconrar la salida o la pausa
que nos retuviera un momento en el presente,
aquellos discos de vinilo, volver a los sesenta,
fingir que el tiempo ya no es tiempo
sino un personaje más
que se empeña en perseguirnos.

Yo quería inventar un atajo
para que ninguno de los dos se diera cuenta,
de que el final era el final
y no una excusa maquillada
pero tu dijiste:
"ningún eufemismo puede ser ya anestesia"
Quise que estar cerca de tí,
quisiera decir estar más cerca.
Luego, notas asonantes
la vibración misteriosa de un mundo que desapareció,
vestigios de nuestro principio

¿Por qué ya nunca bailamos?

miércoles, 4 de mayo de 2011

La tregua concedida




Viento-libertad y olor a acetona,
el mar mucho más lejos,
inabarcable en la gruta urbana
semáfotos que pestañean a mi paso
y bebés que hacen muecas
como si sus madres no mirasen.
La bicicleta mucho más rápido,
paralela a mis huesos,
con pedaleo titubeante
que esquiva la vida y sus síntomas,
estallido de un drama
a la salida del metro,
coches que nos acechan,
edificios que no han reparado,
en su solemne presencia de siglos escindidos.
Sólo me ocupa, el material cernido sobre su peso propio,
la gravedad de todo lo orgánico,
árboles y plazas enroscadas al paisaje,
como si no les importara mi existencia
y todo cupiera en el alcance mínimo
de una respiración acertada.
Todos estamos bien,
la ciudad no me miente.
Aquí esta lo imprescindible.
No me resisto.
Transcurro
Pedaleo que se mece
en la filigrana infinita de tu calle,
estados de vida itinerantes,
procesos cotidianos,
que invitan a observar cómo huye el silencio.
Más tarde,
sólo si tú aún quieres,
estrellas que nos toman el relevo.

Alguien dijo que la vida podía ser una banda sonora de Yann Tiersen,
ojalá, noche, cuerpo, mundo, .

domingo, 1 de mayo de 2011

M A N T E Q U I L L A




Punta de los dedos perforada
alcanza tacto fronterizo de piel,
y silencio de respiración contenida
corta en dos distancia mínima.
Labio-desafío abrocha
beso converso reciclado
mientras, sonido de piedras que huyen
trepa por muslos escarpados.
Al fondo, precipicio
ojos que retienen
lodo y líquido de escamas
pies retorcidos, reclaman entonces
movimientos de astronauta retirado.
Ya huesos de la espalda responden
súplica de costilla,
después tu boca abre hacia dentro
llamas invisibles de estómago.
Sábanas envuelven nuestra batalla-cristal
no el plástico, hoy, aquí no es Laura Palmer.