viernes, 1 de julio de 2011

lo que debió haber pasado

NO
ENE O.
Los amaneceres sonreirían siniestros
si me vieran retroceder.
Es cierto,
estoy hambrienta.
Voy al acecho de un mordisco de pasado
que avive nuestra incisión de noches encubiertas.
Pero no.
Me quitaré toda esta infancia a puñetazos,
arrancaré toda la piel que me disfraza.
Aquella, a la que besaste con los ojos abiertos
no vendrá ya ninguna noche,
Aquella, a la que sostuviste entre tus brazos
no vendrá ya ninguna noche.
Aquella, con la que compartiste la carne indigestada
y una niebla nocturna,
no vendrá ya ninguna noche.
Aquella, con la que solías desvelarte
ya no existe.
Este presente que hace aguas en tus manos,
es sólo un espejismo.
Por más, que mis labios me desmientan,
por más que tu boca me persiga.
La nostalgia es una forma de resistencia, inútil.
Nadie sabe abrazar las brasas de lo que ya ha ardido.
Ineficaz es la memoria,
cuando se empeña en retener su feudo de ruinas enmarcadas.
No inventes, caminos de vuelta.
Parecen atajos
pero son laberintos,
en ellos el tiempo es sólo un tubo sin historia.
No nos perdamos más.
Con tu rotunda presencia de recuerdo,
no quieras hacerte realidad.
Guardémosle a los años, el respeto.