domingo, 26 de junio de 2011

lo que pasó realmente

No digas que amanece.
No resuelvas que es tarde.
Es tan tarde que en realidad, puede que no exista otra noche.
No quiero crecer.
Tu piel es una respuesta a esa pregunta.
¿Qué hacer con los años que se nos indigestan?
Y tu boca, hoyo de mi miedo,
y tus ojos murmurando que en el intento todo lo has perdido,
te ha costado tu esfuerzo, lo admito
llegar hasta aquí y zurcir con tus labios
el final de un interrogante presumido
Te contaré una anécdota más sobre nosotros,
de esas que olvidas a cada encuentro,
historias de semen navegando entre poemas,
de mañanas de boca seca y pitillo inconsumbible
de madrugadas a trompicones y de mobiliario urbano.
Historias de insistir en la costura del cuerpo.
Historias de espantar la muerte con arañazos inversos.
Historias de haber vencido a la arena silenciosa que fluye
en el gesto amargo de todos los relojes.
Esta noche no es nuestra,
le pertenece al mundo,
nosotros nos limitamos a mirarnos desde el abismo
a saludarnos con el placer entre los dientes.
Puede aún que nos salvemos los dos.
Desde tu azotea, la vida parece un enser empaquetable.
Miénteme y dime que incluso yo encontraré la calma
aunque eso signifique estar lejos,
lejos de todo lo que es llama
:cerillasdecapitadas,
mecherosinsuficientes,
lágrimasdegasnocturno
que buscan su presa fácil,
gasolina para pieles inflamables.
Desprecio todo lo que se enciende
y sin embargo
cuando te acercas
carrusel en llamas
arcén que no se olvida del incendio
Dí que yo jamás me apagaré.
Aunque ya no haya más noches
ni guerra antagónica
ni orgasmo mudo.

viernes, 3 de junio de 2011

Sé que una tarde de otoño de repente empezarás a pensar en M I

Dentro de algunos años,
no te abordará la inquietud a horas intempestivas,
no necesitarás encontrarme para saber que estoy viva
y que el mundo se guarda una segunda parte
en la que aun tenemos el sitio que habíamos reservado.
No tendrás que rescatarme de ningún peligro
porque ya me habré entregado a ellos.
No despertarás adolecido de culpa,
con mi fantasma esperando en el umbral de la puerta
dispuesto a rasgar con tijeras plomizas
la calma aparente de tu refugio perfecto.

Dormirás con otra,
tendrá una sonrisa amable
y en sus palabras no habrá lugar
para segundas intenciones,
desearás a veces,
escuchar de mi boca la palabra A M B I G Ü E D A D.
No te dará complicaciones
Aprenderá a hacer malabarismos con tus ataques de indiferencia
no se quejará de los cansancios
ni de los veranos insomnes
desordenando los astros con relatos nocturnos,
arrugando los dedos
como un espasmo antiguo
por ser incapaz de tolerar
la ausencia de sangre.

Nunca le hablarás de mi,
ni siquiera al principio
apenas un leve recorte,
la crónica de algunas despedidas
dirás "se fue" "no volvió" "nunca fué mía"
Le pedirás por favor, que no te haga más preguntas

Pero antes de que tengas ganas de darte cuenta,
cuando pasen los síntomas,
los recuerdos que te llevan a empujones al pasado,
cuando se traspapelen las agendas
y prescriba el tiempo que teníamos
para encargarnos de nuestros sueños,
de repente, una tarde
empezarás a pensar en mí desde el principio
y te preguntarás quién fui
Y lo que es más importante
te preguntarás quién has sido
En qué te has convertido
A pesar de los dos.
A pesar de tí mismo.