viernes, 22 de abril de 2011

YO te KOnocía tanto tiempo después

Con esa delgadez tan yonki,
con esos ojos canallas
de quién se ha resignado a ser víctima
sobre todo de sí mismo.

Con ese mordisco indecente
de labio inferior torturado
Con ese gesto de dandy
pasado de década y de cubatas
Con esa sonrisa-homenaje a las formas de oscuridad

Con la insensatez que quién aun cree
poder llamarse idealista
Con esa colección de heridas a mitad cicatrizar
y ese asalto de noches a la caza de unos labio sin pretextos
Con todo eso. Ahora comprendo,
que la memoria no es la cruel cuchilla que divide el tiempo
sino este regresar al placer compartido
esta manera de sabernos
ganadores de batallas necesarias,
perdedores de bocas entreabiertas

Con un puñado de colchones en el suelo
de arañazos en portales escondidos,
de paredes empañadas del aliento
de la forma de tu nuca retorcida.
Ese era nuestro reino violento.
Escusas para marcharnos pronto a casa
o a reptar por cualquier piel alcholizada
y cuestionar la realidad resbaladiza

La memoria es lo que hace que lo que ocurrió ayer
ocurra, en realidad siempre.
Con esa delgadez tan yonki,
cualquier callejón era una cama.

1 comentario:

  1. gracias, es una casa por construir todavía
    pero como todas las cosas que aun están por hacer, es todo un desafío de horas, me imagino

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