viernes, 9 de septiembre de 2011

Silvia llama a las tres de la mañana

Te limpias las voces de los demás,
con gestos de pez susurro
y septiembre teje una lombriz
que me viene a decir que son humo,
 tus dientes.
Solo se enciende un par de veces al mes
el bazar donde te venden el mar, a puñaladas.
La sangre que corre después
nunca te recuerda tan pálida.
Se equivocan tus ojos, desdén.
¿y qué más?
Se equivoca tu geometría de escamas.

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