lunes, 31 de octubre de 2011

sonreía como un buho cuando no ve en la oscuridad

No está hecho de sueños el arcén de tu edad,
tu nombre es una confitura de hierros.
Dirán que están de tu lado,
dirán que tu boca ha asumido como propio
el color del pintalabios.
Rojo rubi. Mac 205.
Insistirán en las astillas
y terminarán las frases con puntos suspensivos perforados.
Pero no te confundas,
siempre que hablan de tí,
hablan en realidad de ellos mismos.
Dirán que las lenguas no iluminan,
dirán que vienes de una canción de sílabas submarinas,
que sólo te construye un escalestrix de venas de azúcar
que has aprendido a hacer de lo intermedio tu presente.
No les creas.
No está hecho de sueños el arcén de tu edad.
Debajó de su tapa,
los años guardan
 tu verdadero nombre.

viernes, 28 de octubre de 2011

cuando las palabras querían ser más intensas que nosotros

Yo dije: Bolaño
Tu dijiste: La resistencia.
Yo dije: No, la nostalgia de la resistencia.
Y el metal de la persiana nos arrancó la luz.
La venganza del abecedario y el cemento
que le crece a algunas palabras cuando olvidamos
que las letras pesan como jarrones agrietados.
Tu dijiste: Si dejas que el misterio se alargue...
Yo dije: Sólo el dolor nos acostumbra a ciertos poemas,
sin él, nuestras heridas son imágenes.

martes, 25 de octubre de 2011

una tarde de febrero de repente empezamos a crecer

En aquella época no teníamos dolores, todavía,
sólo dientes muertos,
sudor de nectarina.
En aquella época no leíamos a Bukowsky, todavía
pero teníamos orejas hambrientas de lenguas diminutas
botones de trenca inglesa mal interrumpidos
por ejércitos de dedos zurcidos de padrastros.
En aquella época no íbamos al cine los domingos, todavía.
pero teníamos el retraso de un autobús
de número incorrecto,
el hoyuelo indiscreto de tu mejilla insonora,
sólo la voluta de humo inventada
por el trajín de ciertas bibliotecas.
Y la gota de tarde derramada en el reloj
que  medía el pequeño triunfo de los verbos.
El dolor fue el agravio ferratoso,
todo lo contrario a estar vivos,
que no significaba estar muertos del todo,
todavía.

lunes, 24 de octubre de 2011

ciudades que una sospecha que han borrado del atlas

Escribe. Contra todo y contra todos, quizás también contra ti misma. En algún indómito lugar de tu vesícula biliar hallarás también una piedra preciosa.Escribe con el pulso arrítmico de la caracola enferma. También en la incógnita. En los silencios que te roban entre el café de la mañana y el café del mediodía. También en las pieles que un día lo fueron y jamás serán ya tuyas. Escribe ante este desastre, ante un pasado que reverebera con eco profundo de latitudes sintéticas. Escribe para reivindicar de antemano la propiedad de un futuro anoréxico.Escribe por Alicia. Y también por las ciudades envenenadas de consonantes invisibles. Escribe por ejemplo, Copenhague al fondo, todavía..

sábado, 22 de octubre de 2011

la eternidad es un calendario mal ordenado

Y luego, vendré con ojos llenos de otras personas,
y te diré: no escribas esto,
llevo el jersey de aquel invierno.
Voy a quitármelo.
No puedes hacer nada por impedirlo.
Yo también he aprendido a nadar
en las pupilas del Nilo.

viernes, 21 de octubre de 2011

estados intermedios

Por una vez deberías intentar estar viva.
Decir: las cosas que destruyen a los demás
a mí me alimentan como leche de ciervo.
Por una vez podrías no ahogarte,
probar a respirar
sin sentir que quien respira es un gusano
o un trapecista ciego.
Afuera, ya lo sé, ruge un ejército de dinosaurios domésticos
adentro, saludas al destino con lágrimas en los dientes
enmedio, siempre te gustaron los cementerios al aire libre.
Pero recuerda:
No morir,
también es una forma de evitar ser un fantasma.

miércoles, 19 de octubre de 2011

but I ve a life, I ve my freedom...

No tengo vocación.
ni un cuchillo con el que cortarme la cabeza.
No te tengo,
y como hace mucho que no escribo sobre tí
no sé si todavía existes
o si un charco de plata fue tu epitafío,
tal y como los dos habíamos planeado.
No tengo orgasmos,
no veo el futbol,
no tomo drogas
(el éxtasis se me ha negado)
Aun me queda Silvia.
Digo su nombre y se extienden los secretos.
Pero Silvia, ya sabes, es rubia,
tiene los ojos verdes,
cualquier día se puede ir...

la atrocidad se parece a la calma

En mis poemas nunca ocurre nada,
como en mi ciudad
como en la superfície curva de las canicas,
el fuego se detiene
en el aliento interno de las langostas.
Los bares especiales parpadean
con una luz que ya existía antes de tu pupila.
Están esperando
el verso que explique por qué,
cuándo empezaron los recuerdos
a alimentar a las polillas,
están esperando
la circustancia sumergida
en el naufragio del pretexto,
están esperando
el antídoto con el que se vence el paso de lo días.
Pero en mis poemas no sucede nada
y como en mi ciudad,
yo soy el gato que duerme
sobre los agujeros de las colchas,
yo soy el gato que pasea de puntillas
sobre el umbral de un tejado
que se ha acostumbrado a no inclinarse.

domingo, 16 de octubre de 2011

Adolescentes que ya no son y no quieren dejar de serlo

"Eres mi parisina de Ikea
o mi París sueco,
eres un botón en la sien,
eres la evolución de todos mis defectos"
Pero yo quería ser tu leche, como antes
la niebla perforando tus fosas nasales obstruídas.
Pero yo quería ser la lengua, como era
el circuito en espiral rodeando la cintura de tu sexo.
Todos tenían razón.
El tiempo juega a hacer trampas con tus labios
como si al no avecinarse la batalla
el fusil de mi boca se estrellara contra un mes que no existe.
"Eres mi París sueco,
eres el pulso de los libros sin páginas impares"
pero yo quería ser el último de tus extremos,
el final de ese libro,
la sangre llegando al río
como llegan los truenos a la vocal extinguida
o como llega el otoño al cenicero de sal,
hacerte entender que sin nosotros,
se queda el amor,
sin violencia.

viernes, 14 de octubre de 2011

Las hadas están solas

La cuestión no es afilar el borde de la noche
hasta que podamos caminar sobre él
como se camina sobre plantas de hielo.
La cuestión no es por qué se hunde la piel
en unos ojos que ya no son tuyos
pero que no pueden ser de nadie
porque todas las partes de mi cuerpo ya tuvieron antes un dueño.
La cuestión  es si aprenderé por fín a disolverme
La cuestión es ¿por qué las hadas están solas?

domingo, 9 de octubre de 2011

antes de Almudena

Todos habíamos leído recientemente El Perfume de Suskind y nos creíamos dueños de un secreto. La vida pasaba como un fotograma para los demás pero se tornaba esférica en nuestras manos. Teníamos derecho a deformar los sentidos hasta hacerlos espesar : cada objeto y cada estado de ánimo tenían un olor, como tenían un nombre. No sólo era una marca que les daba origen, era también un indicio de significado.

La noche en la ciudad olía a azufre horizontal, Inés olía a sábanas limpias, Bob Dylan  a violetas oxidadas, Jorge a jersey de lana viejo guardado mucho tiempo en el armario, Martín  a tierra revuelta antes de la tormenta, las películas de Wim Wenders olían a gasolina, Kurt Kobain olía a agua salada, Oscar  a biblioteca, Marta olía a gato que duerme,Carlos a pólvora guardada en los bolsillos, Berta  a mermelada de fresa, los bares que frecuentábamos olían a vidrio quemado, Juan olía a telescopio, el sexo olía a leche, la droga olía a metal, Almudena olía a sangre. Almudena, que era una bendita hija de puta decidió que yo no tenía olor.

sábado, 8 de octubre de 2011

It seems so long ago, Nancy

Vino del rock and roll
o de una carretera secundaria.
Vino de un acorde quebrado
o de un paisaje sinfónico.
Siempre quiso llamarse Nancy.
Aunque antes de ella, hubieron otras.
La Nancy de Cohen
dejando entreabierta la puerta del suicidio,
La Nancy de Sex Pistols
la de los besos con lengua en el camión de la basura.
Su propia Nancy
con las manos que sudan, realidad
con la nieve impropia, cocaína.
Porque quien lo pierde todo
está a tiempo de ganar una corona de abismos.
Nadie sabía ser tan rubia como ella.
Con sus trajes hechos por el cuero
de la luz artificial de los neones
Vino del rock and roll para incendiarnos.
Pero nadie sabía ser tan rubia como ella.

jueves, 6 de octubre de 2011

el crimen

Yo supe que la adolescente moriría
y que serías tu quién ibas a matarla,
del mismo modo que uno intuye el
orifcio por el que brotará la sangre
y la infección oscura como un crucifijo
que rodea la costra de todas las heridas.

Supe que te vería hurgar con
cimientos de palabras,
en su blando cráneo somnoliento,
como si buscarás la raíz de tus ojos miopes
o aquello que ya has olvidado de la infancia.

La memoria es metálica, solo un puñado de islas,
no supiste nadar entre sus aguas de vidrio,
ni notaste la luz partida del ladrillo
ni la boca llena de pies de la carcajada del monstruo:

La memoria es una constelación de momentos
separada por sucesivas estancias triangulares.
Y
la incisión de una luna sin aliento
sobre el relámpago de su nuca de nieve.

La adolescente está muerta.
La manga del jersey se arruga con la forma vencida del invierno.