jueves, 6 de octubre de 2011

el crimen

Yo supe que la adolescente moriría
y que serías tu quién ibas a matarla,
del mismo modo que uno intuye el
orifcio por el que brotará la sangre
y la infección oscura como un crucifijo
que rodea la costra de todas las heridas.

Supe que te vería hurgar con
cimientos de palabras,
en su blando cráneo somnoliento,
como si buscarás la raíz de tus ojos miopes
o aquello que ya has olvidado de la infancia.

La memoria es metálica, solo un puñado de islas,
no supiste nadar entre sus aguas de vidrio,
ni notaste la luz partida del ladrillo
ni la boca llena de pies de la carcajada del monstruo:

La memoria es una constelación de momentos
separada por sucesivas estancias triangulares.
Y
la incisión de una luna sin aliento
sobre el relámpago de su nuca de nieve.

La adolescente está muerta.
La manga del jersey se arruga con la forma vencida del invierno.

1 comentario:

  1. acabo de cruzar tus últimas siete islas. ha sido dulce el tiroteo. jorge.

    bcn quema.
    abrazo.

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