No tengo vocación.
ni un cuchillo con el que cortarme la cabeza.
No te tengo,
y como hace mucho que no escribo sobre tí
no sé si todavía existes
o si un charco de plata fue tu epitafío,
tal y como los dos habíamos planeado.
No tengo orgasmos,
no veo el futbol,
no tomo drogas
(el éxtasis se me ha negado)
Aun me queda Silvia.
Digo su nombre y se extienden los secretos.
Pero Silvia, ya sabes, es rubia,
tiene los ojos verdes,
cualquier día se puede ir...
Todos nos podemos ir, todos nos debemos ir...
ResponderEliminarBss.
Igual las morenas nos vamos sin avisar, ¿eh?
ResponderEliminarMuá.